En estos momentos de crisis de la educación argentina, después de los desencantos de las reformas educativas, de las crisis y de las nuevas reformas que continúan generando antagonismos, conflictos y desencuentros en la sociedad, desde hace décadas, nos surge el interrogante de porqué nuestro país no puede aun, cristalizar un proyecto de educación que nos permita hacerlo crecer productivamente, aprovechando sus capitales culturales, económicos, sociales y naturales. Tanto padres, alumnos, profesores, intelectuales, dirigentes, empresarios, organizaciones, políticos, y todos los ciudadanos preocupados por el presente- futuro de las jóvenes generaciones se preguntan: ¿qué educación necesitamos hoy? ¿cuáles son los sentidos de la escuela en estos contextos de turbulencia y de exclusión social? hoy enfrentamos varios problemas: las transformaciones en la conformación de las familias, el riesgo permanente de la inseguridad ante la droga, los vicios , la falta de fuentes de trabajo y la recuperación de la dignidad y la auto estima, los grandes sectores de niños " a cargo de sus padres y hermanos", la impronta de la televisión como agente socializadora con nuevos lenguajes, valores y ofertas del mercado, internet" una pantalla que atrapa y educa". Ante esta realidad, en esta sociedad del conocimiento, compleja, diversa, llena de incertidumbres, cabe volver a re-pensar el rol de la escuela. A tras quedaron las utopías de las generaciones que fundaron el sistema educativo, que llego a liderar en América Latina. Para construir una escuela mejor, es necesario conocer y volver la mirada al pasado para comprender este presente. La sociedad está cambiando velozmente y la escuela tiene sus cimientos en la modernidad. A doscientos años de la Revolución de Mayo de 1.810 nos queda el desafío de producir una “Revolución Educativa”.
Lic. en Historia ANA MARIA GALLARDO.